-¡Hoy es un gran día soleado! ¡El sol brilla con locura! ¡Nada mejor que salir de paseo!...-
Lo que siempre suena por las mañanas, mi “querido” despertador, la voz molesta de aquel conductor de radio, que no hace más que gritar…y seguir gritando.
-Seh…Claro, paseo…o para ir a la escuela y tener el examen de mate…-susurre con ironía.- ¡¿Examen de Matemáticas?!-Al fin había reaccionado, me había olvidado completamente de ello…Pero claro, recién me acorde, como siempre.- ¡En media hora debo irme! No tengo tiempo para nada.- quiero que la tierra me trague, no quiero otra mala calificación.
-Al parecer ya te has despertado.-dice mi madre mientras me ve corriendo hacia el baño.- Cuando acabes de alistarte, ven a desayunar…Aunque en sí, el desayuno ya se enfrió de tanto esperarte.-
-¡Ya se mamá!-grite desde el interior, intentando no tragar mi cepillo de dientes y en consecutiva, morir ahogado…De esa forma tan penosa.
-¿Ahora qué tanto hace por las noches que no duerme?-aquella voz seria y tranquila… Es de mi padre, que extrañamente aún esta en casa, terminando su café antes de ir a la oficina.
-Creo que no estaba viendo sus dibujos chinos.- sirviéndole más café a su esposo.
-¡Son dibujos japoneses, má!-aparecí ante tal equivocación cometida por mi madre. Mi imagen daba risa, siquiera me había terminado de poner los zapatos.
-Ya, ya, ponte los zapatos de una vez, no quiero que mi principito se resfrié.- empieza de nuevo a tironearme la cara, como si fuese hecho de plastilina…Pero no lo soy ¡Duele!
-No me resfriare.-por fin me suelta, mi rostro se había salvado, pero ardía demasiado.-Tenia razón ya se enfrió.-dije luego tocar la taza que contenía té,esta helado,pero igual empecé a tomarlo.-Buenos días papá.-le sonreí con gran felicidad y él me devolvió la sonrisa, aunque no era tan expresiva como la mía. Puede parecer muy serio y cortante a veces, pero es una buena persona y divertida...cuando quiere.- Casi igual que Sebastian…-
-Hablando de Sebastian ¿Cómo se encuentra?-¡Ah! Pensé que lo había susurrado, pero ya debo conocer a mi madre, ella escucha todo, sin excepciones.
-Este…Bien.-le respondí nervioso, siempre me pongo así cuando ellos me empiezan a preguntar por él.-Igual de egocéntrico, inteligente, gritón y guapo.-¡No! ¡¿Cómo pude decir eso?! Pude haber dicho cualquier cosa…Pero justamente ¿Guapo?
-Como es de esperarse.- ríe mi madre, mientras que papá, simplemente se dedicaba más leer su diario que a escuchar nuestra platica.
No sabia que más decir, esa respuesta…No encontraba que sentido darle, tan solo le sonreí, esperando que no digiera nada más, eso hizo.
-Qué suerte tengo.-Ahora si me preocupe de hablar para dentro…Recordé el examen.-Bueno, no tanta.-pequeña nube depresiva, que se fue rápidamente al recordar la hora.- ¡Wah! ¡Debo apurarme!-Corrí hacia la puerta.- ¡Chau Ma! ¡Chau Pa!-volví para darle un beso en la mejilla a mi madre y salí de mi hogar lo más rápido que pude.
------------------------
Me faltaba poco para llegar a la parada del autobús pero justo sentí como algo me cae enzima…
-¡Primo!-Aquella voz es fácil de reconocer.
-Me…ri.-intentaba sostenerme lo más firme que podía con mis piernas, que ya muy cansadas están, como para aguantar el cuerpo de mi prima…Que es pequeño, pero el mío también lo es.-Salte de enzima ¡Por favor!-casi suplicándole.
-Jaja, debilucho.-sale de enzima mío dejando feliz a mi espalda.- ¿Qué esperas allí doblado? Sube al autobús ¡Vamos!-tanta energía, se nota que ella no corrió como quince cuadras en pocos minutos.
Por suerte, ya estoy sentado, precisaba tomar aire luego de tanta corrida cansadora, mi cuerpo no esta hecho para el deporte, como me había dado cuenta desde siempre. Pero por cosas de la vida, tengo el don de correr rápido…Me entrenan los perros del vecindario que siempre me persiguen. Tengo algo que hace que los animales me odien ¿Sera mi aura o qué?
-Hoy tengo un examen de mate.-cantaba feliz Natalie, se nota que a ella no le preocupa tanto la escuela, no se como puede aprobar todo si es así…Tal vez sea casualidad o que se.
-Yo también.-mi voz era lo contrario a la de ella. Para mi matematica, es lo mismo que un insecticida para una cucaracha, agua para un gato, ajo para un vampiro…y un largo etcétera. Simplificando, para mi esa materia es lo peor del universo.-No se siquiera como aprendía a sumar.-mi prima se compadece de mi y me ofrece un dulce.
Nada mejor que azúcar para el dolor y frustración. Aunque creo que ni millones de caramelos podrían tapar la frustración y dolor que me causa mi amor “prohibido” hacia mi mejor amigo.
-Seb…-lo vi.- ¡Sebastian!-corrí hacia él más rápido de lo que me podría imaginar, hasta creo que rompí un record gines haciéndolo.- ¡Que importa!-también lo grite, aunque me preguntaba de que hablaba, no le respondí.-Estoy más ocupado en abrazarte, Sebas-
-Mucha emoción, me viste ayer.- alejándome de él, ya me le había aferrado por cinco minutos.-Si que se te nota que eres pariente de las garrapatas.-
-Y a ti se te nota que tienes gruñonsitis agudis.- resopla furioso y se da media vuelta, si, se había enojado, pero era momentáneo. Natalie y yo no dejábamos de reír.
-Dejen de cacarear de una vez y entremos, no pienso llegar tarde por su culpa.-
-¡Si señor!-corrimos hacia el interior del instituto dejándolo atrás, pero el salón de él queda cerca, por lo cual no se molesto en seguirnos.
- Ve directo para tu salón Naty ¿Si?-
-¡Claro primito! No me quedare viendo a las lindas estudiantes en el camino.- se aleja de mi como si hubiese dicho nada.
-Lindas estudiantes…-Ya lo dije, mi prima tiene algo, por eso sabe que me gusta Sebastian. Espero que se hayan dado cuenta ya…Por que yo, si.-Dudo que me equivoque, ella es muy sincera.-al entrar a mi salón mis compañeros me saludaron. Son todos muy amables y más aún las chicas, siempre me tratan bien, me viven abrazando...
-¡Todos a su lugares!-El demonio de las matemáticas había llegado, me deparaba un escalofriante futuro en ese examen.
--------------------------
-¡Martínsitu!-corre hacia mi y me sujeta del brazo.-Por fin terminaron las horas de clase ¿No?- si, tenia razón…por fin.
-Si…-moví mi cabeza para todas las direcciones posibles.- ¿Y mi lin…? ¡Digo! ¿Y Sebastian?-ya estaba de nuevo por decir cualquier cosa enfrente de medio instituto, aunque adoro decirlas…pero hay que ser prevenido. Esas millones de satélites, que hacen mal en decirles orejas, escuchan todo.
-Se tuvo que ir más temprano, por eso no espero a que vinieras.-
-Qué lastima, tenía ganas de viajar con él.-
-Si, yo también.-se mueve hacia mi derecha…Para volver a agarrarme, pero del otro brazo.- ¿Y sobreviviste al examen?-
-Creo que si, debo esperar hasta la próxima clase para ver cuando me saque.-seguramente desaprobé… ¡Soy tan malo para las ecuaciones! ¿Eran ecuaciones? Ya me entro la duda.
El viaje fue como siempre…Claro, se sentía la ausencia de Sebastian, faltaba allí para quejarse, regañarnos…Y sobre todo, para que lo viera. Aunque ya lo veo demasiado, lo se. Pero hacerlo un poco más no hace mal.
Luego de caminar unas cuantas calles, las mismas que había corrido horas atrás, despedí a mi prima, ya que se va por otra dirección a la mía y yo seguí, apurándome lo más que podía.
Al entrar a casa, siquiera me fije si alguien estaba o no, me fui directamente a mi habitación. Tire mi mochila en mi cama, me saque zapatos y mientras aflojaba mi corbata, prendí el ordenador. Me senté y espere hasta que por fin todo termino de prenderse.
-Por favor aparece.- suplique viendo el monitor.
Lo que tanto esperaba, era la razón por la cual me desvelo hace una semana ¿Acaso que creían que era?
Lo que siempre suena por las mañanas, mi “querido” despertador, la voz molesta de aquel conductor de radio, que no hace más que gritar…y seguir gritando.
-Seh…Claro, paseo…o para ir a la escuela y tener el examen de mate…-susurre con ironía.- ¡¿Examen de Matemáticas?!-Al fin había reaccionado, me había olvidado completamente de ello…Pero claro, recién me acorde, como siempre.- ¡En media hora debo irme! No tengo tiempo para nada.- quiero que la tierra me trague, no quiero otra mala calificación.
-Al parecer ya te has despertado.-dice mi madre mientras me ve corriendo hacia el baño.- Cuando acabes de alistarte, ven a desayunar…Aunque en sí, el desayuno ya se enfrió de tanto esperarte.-
-¡Ya se mamá!-grite desde el interior, intentando no tragar mi cepillo de dientes y en consecutiva, morir ahogado…De esa forma tan penosa.
-¿Ahora qué tanto hace por las noches que no duerme?-aquella voz seria y tranquila… Es de mi padre, que extrañamente aún esta en casa, terminando su café antes de ir a la oficina.
-Creo que no estaba viendo sus dibujos chinos.- sirviéndole más café a su esposo.
-¡Son dibujos japoneses, má!-aparecí ante tal equivocación cometida por mi madre. Mi imagen daba risa, siquiera me había terminado de poner los zapatos.
-Ya, ya, ponte los zapatos de una vez, no quiero que mi principito se resfrié.- empieza de nuevo a tironearme la cara, como si fuese hecho de plastilina…Pero no lo soy ¡Duele!
-No me resfriare.-por fin me suelta, mi rostro se había salvado, pero ardía demasiado.-Tenia razón ya se enfrió.-dije luego tocar la taza que contenía té,esta helado,pero igual empecé a tomarlo.-Buenos días papá.-le sonreí con gran felicidad y él me devolvió la sonrisa, aunque no era tan expresiva como la mía. Puede parecer muy serio y cortante a veces, pero es una buena persona y divertida...cuando quiere.- Casi igual que Sebastian…-
-Hablando de Sebastian ¿Cómo se encuentra?-¡Ah! Pensé que lo había susurrado, pero ya debo conocer a mi madre, ella escucha todo, sin excepciones.
-Este…Bien.-le respondí nervioso, siempre me pongo así cuando ellos me empiezan a preguntar por él.-Igual de egocéntrico, inteligente, gritón y guapo.-¡No! ¡¿Cómo pude decir eso?! Pude haber dicho cualquier cosa…Pero justamente ¿Guapo?
-Como es de esperarse.- ríe mi madre, mientras que papá, simplemente se dedicaba más leer su diario que a escuchar nuestra platica.
No sabia que más decir, esa respuesta…No encontraba que sentido darle, tan solo le sonreí, esperando que no digiera nada más, eso hizo.
-Qué suerte tengo.-Ahora si me preocupe de hablar para dentro…Recordé el examen.-Bueno, no tanta.-pequeña nube depresiva, que se fue rápidamente al recordar la hora.- ¡Wah! ¡Debo apurarme!-Corrí hacia la puerta.- ¡Chau Ma! ¡Chau Pa!-volví para darle un beso en la mejilla a mi madre y salí de mi hogar lo más rápido que pude.
Me faltaba poco para llegar a la parada del autobús pero justo sentí como algo me cae enzima…
-¡Primo!-Aquella voz es fácil de reconocer.
-Me…ri.-intentaba sostenerme lo más firme que podía con mis piernas, que ya muy cansadas están, como para aguantar el cuerpo de mi prima…Que es pequeño, pero el mío también lo es.-Salte de enzima ¡Por favor!-casi suplicándole.
-Jaja, debilucho.-sale de enzima mío dejando feliz a mi espalda.- ¿Qué esperas allí doblado? Sube al autobús ¡Vamos!-tanta energía, se nota que ella no corrió como quince cuadras en pocos minutos.
Por suerte, ya estoy sentado, precisaba tomar aire luego de tanta corrida cansadora, mi cuerpo no esta hecho para el deporte, como me había dado cuenta desde siempre. Pero por cosas de la vida, tengo el don de correr rápido…Me entrenan los perros del vecindario que siempre me persiguen. Tengo algo que hace que los animales me odien ¿Sera mi aura o qué?
-Hoy tengo un examen de mate.-cantaba feliz Natalie, se nota que a ella no le preocupa tanto la escuela, no se como puede aprobar todo si es así…Tal vez sea casualidad o que se.
-Yo también.-mi voz era lo contrario a la de ella. Para mi matematica, es lo mismo que un insecticida para una cucaracha, agua para un gato, ajo para un vampiro…y un largo etcétera. Simplificando, para mi esa materia es lo peor del universo.-No se siquiera como aprendía a sumar.-mi prima se compadece de mi y me ofrece un dulce.
Nada mejor que azúcar para el dolor y frustración. Aunque creo que ni millones de caramelos podrían tapar la frustración y dolor que me causa mi amor “prohibido” hacia mi mejor amigo.
-Seb…-lo vi.- ¡Sebastian!-corrí hacia él más rápido de lo que me podría imaginar, hasta creo que rompí un record gines haciéndolo.- ¡Que importa!-también lo grite, aunque me preguntaba de que hablaba, no le respondí.-Estoy más ocupado en abrazarte, Sebas-
-Mucha emoción, me viste ayer.- alejándome de él, ya me le había aferrado por cinco minutos.-Si que se te nota que eres pariente de las garrapatas.-
-Y a ti se te nota que tienes gruñonsitis agudis.- resopla furioso y se da media vuelta, si, se había enojado, pero era momentáneo. Natalie y yo no dejábamos de reír.
-Dejen de cacarear de una vez y entremos, no pienso llegar tarde por su culpa.-
-¡Si señor!-corrimos hacia el interior del instituto dejándolo atrás, pero el salón de él queda cerca, por lo cual no se molesto en seguirnos.
- Ve directo para tu salón Naty ¿Si?-
-¡Claro primito! No me quedare viendo a las lindas estudiantes en el camino.- se aleja de mi como si hubiese dicho nada.
-Lindas estudiantes…-Ya lo dije, mi prima tiene algo, por eso sabe que me gusta Sebastian. Espero que se hayan dado cuenta ya…Por que yo, si.-Dudo que me equivoque, ella es muy sincera.-al entrar a mi salón mis compañeros me saludaron. Son todos muy amables y más aún las chicas, siempre me tratan bien, me viven abrazando...
-¡Todos a su lugares!-El demonio de las matemáticas había llegado, me deparaba un escalofriante futuro en ese examen.
-¡Martínsitu!-corre hacia mi y me sujeta del brazo.-Por fin terminaron las horas de clase ¿No?- si, tenia razón…por fin.
-Si…-moví mi cabeza para todas las direcciones posibles.- ¿Y mi lin…? ¡Digo! ¿Y Sebastian?-ya estaba de nuevo por decir cualquier cosa enfrente de medio instituto, aunque adoro decirlas…pero hay que ser prevenido. Esas millones de satélites, que hacen mal en decirles orejas, escuchan todo.
-Se tuvo que ir más temprano, por eso no espero a que vinieras.-
-Qué lastima, tenía ganas de viajar con él.-
-Si, yo también.-se mueve hacia mi derecha…Para volver a agarrarme, pero del otro brazo.- ¿Y sobreviviste al examen?-
-Creo que si, debo esperar hasta la próxima clase para ver cuando me saque.-seguramente desaprobé… ¡Soy tan malo para las ecuaciones! ¿Eran ecuaciones? Ya me entro la duda.
El viaje fue como siempre…Claro, se sentía la ausencia de Sebastian, faltaba allí para quejarse, regañarnos…Y sobre todo, para que lo viera. Aunque ya lo veo demasiado, lo se. Pero hacerlo un poco más no hace mal.
Luego de caminar unas cuantas calles, las mismas que había corrido horas atrás, despedí a mi prima, ya que se va por otra dirección a la mía y yo seguí, apurándome lo más que podía.
Al entrar a casa, siquiera me fije si alguien estaba o no, me fui directamente a mi habitación. Tire mi mochila en mi cama, me saque zapatos y mientras aflojaba mi corbata, prendí el ordenador. Me senté y espere hasta que por fin todo termino de prenderse.
-Por favor aparece.- suplique viendo el monitor.
Lo que tanto esperaba, era la razón por la cual me desvelo hace una semana ¿Acaso que creían que era?
No hay comentarios:
Publicar un comentario